31 ene 2010

Wainting in vain


(...)
Esperé que aparecieras diciéndome algo más que el sólo hecho de saber que aún cada tanto me recordabas. Esperé que vinieras con tu mirada reservada, con tu campera verde militar y tus manos protectoras, con tus ojos marrones hermosos y tu remera rayada. Pero el silencio inundó todo, llevándose para siempre los árboles, las máquinas de escribir, mis cartas, mis dibujos y mis pulseras cosidas. Llevándose hasta los amuletos que nunca tuve y la suerte en la que nunca creí. Las fotos que no puedo terminar de ver y las noches de bares en los que sin sed, bebí. Mis ganas de esperarte sin que si quiera aparezcas por años. El silencio que ineludiblemente se llevó para siempre la niña de la enorme sonrisa roja que fui una vez. Una vez fui una niña de una enorme sonrisa roja, las amigas de mi abuela lo decían cada vez que me veían de su mano, llevándole su bolsa de red, llena de las verduras del domingo.

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